
Pasaron los años y el águila envejeció. Un día divisó muy por encima de ella, en el limpio cielo, una magnífica ave que flotaba elegante y majestuosamente por entre las corrientes de aire, moviendo apenas sus poderosas alas doradas.
El águila miraba asombrado hacia arriba:
- "¿Qué es eso?" preguntó a una gallina.
-"Es el águila, el rey de las aves"- respondió la gallina- pero no pienses en ello; tú y yo somos diferentes de ella."
De manera, que el águila no volvió a pensar en ello y siempre vivió creyendo que era una gallina de corral.
Fuente: Sabiduría Popular
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