La palabra “conflicto” puede parecer muy trivial pero designa el hecho más
amenazador de la vida humana. Debido a que existen opiniones diferentes, asuntos
personales prioritarios así como deseos y necesidades individuales, surgen
conflictos y discusiones sobre todo cuando más de una persona interviene en la
toma de una decisión.
“Escuche a los demás y ellos le escucharán a usted” es una manera sencilla de
iniciar el proceso para resolver un conflicto o discusión pacifica mediante el
entendimiento de la posición de cada una de las personas y para tratar de negociar un compromiso, mostrando al mismo
tiempo empatía hacia los asuntos de los demás.
Una buena forma de ser conciliador es trabajar en la búsqueda de una solución que satisfaga a todo el mundo. demostrar empatía cuando se está escuchando a
los demás para evitar el conflicto, estar seguros de nuestros derechos y de nuestra posición ante un tema puede
ayudarnos a evitar enfados y por lo tanto a evitar el comienzo de un conflicto.
Una característica del conciliador es estar consciente de que en situaciones de grupo, un resultado en el que todas las partes ganen es es preferible a otro en el cual solo uno de las partes gane.
Paralelamente, cuando un niño aprende a llevarse bien con los demás , tanto en los momentos de acuerdo como de desacuerdo, aprende mucho más que a zanjar las diferencias pacíficamente; también adquiere la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, que es la base fundamental para aprender a observar una conducta virtuosa. Para ser conciliador se requiere tratar de entender con esmero y dedicación las necesidades y deseos de los demás.
(Fuente: “Formacion integral de los hijos” de Yepes y Vieco.)
Una característica del conciliador es estar consciente de que en situaciones de grupo, un resultado en el que todas las partes ganen es es preferible a otro en el cual solo uno de las partes gane.
Paralelamente, cuando un niño aprende a llevarse bien con los demás , tanto en los momentos de acuerdo como de desacuerdo, aprende mucho más que a zanjar las diferencias pacíficamente; también adquiere la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, que es la base fundamental para aprender a observar una conducta virtuosa. Para ser conciliador se requiere tratar de entender con esmero y dedicación las necesidades y deseos de los demás.
(Fuente: “Formacion integral de los hijos” de Yepes y Vieco.)
Editado por EduArmonía
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