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Relación de Ayuda

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Con seguridad, desde tu nacimiento hasta el presente has recibido muchos y diferentes tipos de ayuda por parte de tus padres, familiares y amigos; incluso hasta de desconocidos en algún encuentro casual. En otras oportunidades has sido tú quien ha brindado alguna cooperación cuando alguien te la solicitó ó porque te percataste de que esa persona necesitaba  de tu ayuda, de tu compañía. Ahora bien, qué puedes hacer para potenciar esta practica de ayuda mutua? La siguiente anécdota te proporcionará alguna pista:

Se cuenta que en cierta oportunidad, un soldado convaleciente de sus heridas se vió en la necesidad de tomar un taxi, sin embargo como carecía de dinero un desconocido le ofreció las monedas que necesitaba para pagar al taxista. Algo asombrado, por esa ayuda inesperada, se negó a aceptar lo que el otro le ofrecía desinteresadamente. Finalmente, después de la reiterada insistencia del desconocido, aceptó la ayuda con la condición de que le diera una dirección para devolverle las monedas una vez que le fuera posible hacerlo. El hombre rehusó la propuesta, no obstante le dijo: "si realmente quieres “saldar” la ayuda que hoy, desinteresadamente  te he ofrecido, podrás hacerlo ayudando tú mismo a cualquier otra persona que encuentres  en el camino y que necesite tu ayuda. Así extenderás el círculo de una sana interdependencia”.

En palabras de Jean-Marie Gustave Le Clézio, novelista y ensayista inglés, "el mundo está lleno de predadores, pero también está lleno de gente generosa. Es el milagro de la sociedad humana. Siempre hay personas, especialmente mujeres, con corazones gigantescos... Así que en las historias, que uno inventa o en la realidad, hay siempre figuras excepcionales".

Minutos de Reflexión:
Observa a tu alrededor. ¿Alguien necesita tu ayuda?
¿Qué puedes ofrecer sin esperar nada a cambio?
¿Qué sentimientos se despiertan en ti al entrar en relación con aquellos a los cuales puedes aliviar en su tristeza, en su dolor?

Recuerda que son muchos los bienes que sin lugar a dudas puedes ofrecer. Quizás algo de tus conocimientos, de tu tiempo, de tu compañía, de tu conversación. Es posible que  también tus mejores sonrisas de afecto sean capaces de iluminar  el día de alguien.... Inténtalo, te sentirás muy bien al hacerlo.

Maira Fuencisla Rodríguez

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