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Remando juntos en la misma dirección |
Cuando esta fortaleza está presente todos los aportes y opiniones de los participantes del equipo serán escuchados, respetados, y tomados en cuenta, de tal manera que todos se sentirán inclinados a participar. Así mismo, en este “ambiente de inclusión”, el equipo tendrá una clara idea de sus propios objetivos y del objetivo más amplio en el cual todos están comprometidos trabajando cooperativamente con una gran lealtad y sentido de grupo.
2. Control adecuado:
Hace referencia a la toma de decisiones cuando surgen conflictos, los cuales deben ser aceptados y tratados abiertamente en el grupo. Desde esta posición, en las funciones de liderazgo debe haber participación, es decir, el poder estará distribuido, por lo cual no habrá necesidad de estructuras de control. De esta manera, la cooperación será de alto nivel y cada miembro del grupo asumirá la responsabilidad de sus actos.
3. Afecto adecuado:
Un clima afectivo permitirá que la comunicación sea abierta y honesta, de tal manera que los sentimientos puedan ser expresados sin temor al rechazo o a las burlas de los compañeros. Esto dará como resultado una mayor receptividad y apertura al cambio. Y lo más importante es que todos estarán satisfechos y agradecidos por pertenecer a este equipo que les ayuda a desarrollar sus capacidades tanto humanas como laborales.
Recordemos siempre que trabajar en equipo supone remar juntos en la misma dirección...
Maira Fuencisla Rodríguez
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