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El Placer de los Sentidos

La Psicología generalmente ha estado ocupada en averiguar la etiología de los desórdenes mentales, de las neurosis, de las crisis de angustia, de las adicciones, etc. procurando métodos que adaptaran a los individuos a las formas anti-naturaleza de nuestras sociedades de "ambientes encerrados", de consumo, de ruido, de agresión y violencia  y le dedicaron poca atención a la felicidad, a la vida plena.  En la actualidad, sin embargo, sociólogos, fisiólogos, investigadores médicos  de diversas partes del mundo están tratando de descubrir cuáles son los factores que procuran la felicidad al ser humano.

De acuerdo a la Dra. Stella Resnick,  en "Reencontrar el Placer" durante miles de años en las culturas de todo el mundo el placer se ha mirado con desdén  o bien se le ha atribuído al “demonio”, por lo cual la satisfacción de los sentidos  era algo a lo cual había que renunciar si se quería ser tenido como persona de bien. Estas antiguas creencias todavía ejercen cierta influencia en nuestras sociedades que mantienen ese fuerte rasgo antiplacer.

Nuestras sociedades anti-naturaleza, subvaloran el sencillo placer de los sentidos naturales, no les otorga ninguna credibilidad ni respeto, pues su gratificación procede principalmente de lo que el mundo de la razón y el intelecto le proporciona, de tal manera que busca diversión y esparcimiento  en ambientes cerrados, ruidosos, contaminados y la mayoría de las veces, sin propósito ni sentido.

Sin embargo, de acuerdo al resultado de recientes investigaciones, la felicidad no depende del nivel de ingresos, ni de la categoría social, ni del tipo de empleo, ni del nivel de educación, ni de la edad ni del sexo. Lo que sí parece ser determinante es el grado de entusiasmo y energía de la persona y su disposición para obtener placer de su vida.

Las personas felices tienden a sentirse a gusto consigo mismas, son optimistas, aseguran estar al mando de sus vidas, disfrutan la compañía de otras personas, han aprendido a relajarse, a hacer silencio  mental, saben apartar sus pensamientos y sentimientos negativos y más que concentrarse en lo que les falta en la vida tienden a complacerse en lo que tienen.

En conclusión, el modo que tenemos de disfrutar influye en nuestra salud. La cantidad de placer natural que nos permitamos sentir  nos permitirá restablecer la conexión con muchos de los sentidos  que nos vinculan a la vida y que restablecen la Sabiduría de la Naturaleza en nosotros.

Maira Fuencisla Rodríguez

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