El ser humano continuamente está recibiendo informaciones y sensaciones que puede almacenar, codificar y utilizar para posteriormente elaborar sus ideas. Frecuentemente se ha comparado la conciencia del hombre con una pantalla de cine donde comparecen los fenómenos a los cuales hemos prestado atención en el pasado o bien a los que estamos prestando atención en el presente. De esta manera en la pantalla de conciencia pueden surgir imágenes, pensamientos, sentimientos, sensaciones, etc y entonces podríamos decir:
“Yo estoy consciente de pensamientos, ideas y sentimientos y por tanto yo sé”.
Evidentemente la amplitud del campo de conciencia dependerá de la capacidad de atención selectiva. La conciencia es uno de los 53 sentidos naturales que heredamos al nacer. Sentimos conciencia. Cuando reavivamos los otros 52 sentidos naturales, también se registran en dicha pantalla y nos volvemos concientes de ellos. De manera que podemos decir que la conciencia humana es un registro de sensaciones naturales. Cada sentido es una forma única, distinta de conocer la vida y de estar vivo. Cada sentido está presente de alguna forma en la Naturaleza.
Mientras has leído estas frases, has oído hablar a tu lado, has notado el calor de la habitación, el olor que entra por la ventana…. Todo esto y muchas más cosas pueden producirse simultáneamente o con escasos segundos de diferencia, mientras los pensamientos se ocupan en la elaboración de algo, que no tiene relación con la conversación del vecino, el calor, el olor, etc. Desconectados de nuestra propia naturaleza, con mucha frecuencia no le concedemos mayor atención a nuestras sensaciones y sentimientos y por ello no se registran en la pantalla de la conciencia. Sin embargo, nuestros sentidos naturales son un continuum inteligente que solamente existe en el momento inmediato. Al no estar conscientes de nuestros sentidos naturales en el momento presente perdemos su Sabiduría.
Generalmente cuando tenemos un problema nos inquietamos por lo que pasará o bien vivimos añorando el pasado. Siempre estamos tratando de ser más felices precisamente ahora y no obstante, mucho de lo que hacemos nos impide lograr esa felicidad. Abusar tanto del recuerdo como del futuro destruye el contacto con la realidad. Cuando aprendemos a permanecer en contacto no verbal con nuestra propia naturaleza y con la naturaleza a nuestro alrededor los recuerdos o pensamientos del pasado y del futuro desaparecen. Nuestros pensamientos son reemplazados por las sensaciones del momento y su sabio equilibrio. La práctica regular de Mindfulness ó Atención Plena, te ayudan a experimentar lo que tú sientes y experimentas en el momento presente. Te ayudan a reducir el estrés, los conflictos personales y la insaciabilidad hacia lo puramente material que con mucha frecuencia son causa de nuestra mala relación con las otras personas y con el medio ambiente en general.
Maira Fuencisla Rodríguez
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Maira Fuencisla Rodríguez
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