Usamos cookies para mejorar su navegación
OK. OK Más información |

Necesidad de pensar por uno mismo

Nuestra mente es una fábrica constante de pensamientos sobre cualquier tema en particular, sin embargo, si nos detenemos a observarlos, ¿cuántos son realmente nuestros? ¿de quien los tomamos prestados? ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar por nosotros mismos?

Un niño pequeño es alguien muy creativo. Si le pides que dibuje un barco, éste puede tomar colores y formas increíbles para una mente adulta. ¿Qué decir del dibujo de la serpiente boa que Saint Exupery nos describió tan admirablemente en “El Principito”? 

Un niño pequeño también es un ser cosmopolita a quien después se le va inculcando la tonta idea de que es parte de un terroncito de tierra al que tendrá que llamar patria. Un niño pequeño se deslumbra con la luna, con las estrellas y con el caracolito del jardín pero después alguien le enseñará a mirar solamente el mundo virtual.  Y poco a poco se irá convirtiendo en una copia del pensamiento de los demás en especialmente de lo que le dictan sus figuras de autoridad...

Siempre me ha parecido que los pensamientos y las ideas son como esos copos de nieve dispersos que poco a poco se van uniendo unos con otros hasta  formar un alud, esa enorme masa de nieve que se precipita ladera abajo engullendo todo lo que encuentra en su camino...  Pero, afortunadamente, no tiene que ser así. Podemos pensar por nosotros mismos, no tenemos por qué seguir propagandas engañosas ni modas ni ideologías esclavizantes.  

Muchos de nuestros males derivan de nuestra “laissez faire”  de nuestra indiferencia para examinar con detenimiento  las variopintas ideas que constantemente nos venden a través de los medios de comunicación social.  Si realmente queremos un mundo más humano necesariamente tendremos que poner en tela de juicio muchas de nuestras creencias actuales. Decían los Pitagóricos: “Nunca intentes colocar una cabeza sobre tu cabeza. Si la tuya no te sirve, menos te servirá la de los otros. No creas en espíritus ni en fantasmas; no le des poder a nada dentro de ti” 

Hasta aquí perfecto ¿verdad? pero surge un inconveniente pues pensar por uno mismo representa un desafío que requiere mucho valentía y flexibilidad. Valentía porque las mayorías se aferran con tal fuerza a sus creencias que te enfrentarán con violencia si les haces tambalear los fundamentos con los cuales construyeron su casa. También necesitarás la flexibilidad suficiente para dejarte fluir sin aferrarte a nada, ni siquiera a tus propios pensamientos. Difícil si, pero bien vale el esfuerzo.

Maira Fuencisla Rodríguez

Relacionados :
  Inicio del Blog