Hay aspectos de nuestra personalidad que nos gustan y hasta de los que nos sentimos orgullosos, sin embargo, otros rasgos de nuestra personalidad nos desagradan tanto que, tratamos de ocultarlos o disimularlos ante los demás e inclusive de nosotros mismos. Algo semejante hacemos con nuestros sentimientos de miedo, ira, impotencia y desesperación. Sin embargo, esta actitud, contrariamente a lo esperado, se va convirtiendo poco a poco, en una especie de "sombra inquietante", de infausto cautiverio que nos paraliza como insectos en una telaraña.
Hoy en el Blog, les traigo al respecto, algunos extractos del pensamiento del Carl Gustav Jung, médico psiquiatra, figura relevante en la etapa inicial del psicoanálisis y posteriormente fundador de la escuela de psicología analítica o mejor conocida como psicología profunda:
“Desafortunadamente, no cabe duda, de que el hombre es, menos bueno de lo que él se imagina que es, o de lo que quiere ser. Todo el mundo carga consigo una sombra, y mientras menos incorporada esté en la vida consciente del individuo, es más densa y negra. Si una inferioridad es consciente, siempre habrá una oportunidad de corregirlo. Además, está constantemente en contacto con otros intereses, por lo que está sujeta continuamente a cambio y modificación. Pero si se halla reprimida y aislada de la conciencia nunca se corregirá."
… “Si te imaginas a alguien que sea lo suficientemente valiente para retirar todas sus proyecciones, tendrás a un individuo que es consciente de una sombra bastante grande.. Tal persona sabe que lo que esté mal en el mundo está en sí mismo, y si sólo aprendiera cómo tratar con su propia sombra habrá hecho algo por el mundo. Habrá tenido éxito al disminuir, así sea una parte infinitesimal del gigantesco cúmulo de insolutos problemas sociales de nuestros días.
… Tal como tendemos a asumir que el mundo es tal como lo vemos, suponemos inocentemente que las personas son tal como nos las imaginamos. En este último caso, desafortunadamente, no tenemos una prueba científica que nos muestre la discrepancia entre nuestra percepción y la realidad. Aunque la posibilidad de una enorme decepción sea infinitamente grande seguimos proyectando inocentemente nuestra propia psicología en los demás seres humanos. De esta manera, todo el mundo crea para sí mismos una serie de relaciones más o menos imaginarias basadas esencialmente en la proyección.
… “Llenar la mente consciente con concepciones ideales es una característica de la Teosofía occidental, pero no es la confrontación con la sombra y el mundo de la oscuridad. Uno no llega a la "iluminación" imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”.
Cuando debemos enfrentarnos con nuestros problemas, nos resistimos instintivamente a seguir el camino que nos conduce a la oscuridad y las tinieblas. Deseamos oír sólo de resultados inequívocos, y nos olvidamos completamente de que dichos resultados sólo pueden lograrse cuando nos hemos aventurado y hemos regresado de las tinieblas. Pero para penetrar en la oscuridad debemos invocar todos los poderes de "iluminación" que nuestra conciencia pueda ofrecer.
Bibliografía: Citas de diversos libros de Carl Jung
Publicado por: Maira Fuencisla Rodríguez
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