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El poder está en tí

El Poder está en tí
Fuente, Allen, James
El aforismo "justo como piensa el hombre, así es", no solamente abarca la totalidad del ser humano, sino que resulta suficientemente elocuente como para solucionar cualquier condición o circunstancia de su vida. El hombre es literalmente lo que piensa, siendo su carácter la suma total de todos sus pensamientos. Conforme brota la planta, lo cual no puede suceder si no es mediante la semilla, de la misma manera todo acto del ser humano brota de las semillas ocultas del pensamiento e igualmente no aparecerían sin ellas. Esto se aplica tanto a aquellos actos llamados "espontáneos" e "imprevistos", como a los que son ejecutados deliberadamente.

El acto es el florecer del pensamiento, y la felicidad o el sufrimiento son sus frutos. de esta manera, el hombre almacena ya sea el dulce o el amargo frutal de su propia labranza.
Los pensamientos nos moldean. Aquello que pensamos se convierte en realidad. Si la mente del hombre engendra pensamientos perversos, el dolor le persigue de la misma manera que la rueda al buey.
Si en cambio el hombre mantiene la pureza del pensamiento la felicidad le acompaña, tal como si fuera su propia sombra, compruébalo.

El hombre representa un cultivo ordenado por la LEY, y no una creación por artificio. Causa y efecto son tan absolutos y determinantes en el reino oculto del pensasimento, como en el mundo de las cosas visibles y materiales. Un carácter noble y decidido no es algo prodigioso o casual, sino el resultado natural de un esfuerzo continuo del pensamiento correcto, el efecto de una asociación largamente acariciada con pensamientos positivos. De la misma manera, un carácter innoble y bestial, es el resultado de continuos pensamientos insanos.

El ser humano es construído y destruído por si mismo. En la armería del pensamiento forja las armas por medio de las cuales construye mansiones paradisíacas de felicidad, fortaleza y paz. A través de la elección adecuada y de la aplicación acertada del pensamiento, el ser humano logra ascender hacia la perfección; por medio del abuso y de la aplicación equivocada del pensamiento, desciende por debajo del nivel de la bestia. Entre los extremos existen todos los grados de caracter, y el hombre es su realizador y maestro.

De todas las verdades hermosas pertenecientes al alma y que han sido rescatadas y divulgadas en esta época, ninguna es más creativa y fructífera en cuanto a promesas de felicidad y confianza que ésta, de que "el ser humano es el maestro del pensamiento, el moldeador del carácter y el autor de la condición del ambiente y el destino".

Como ser de energía, inteligencia y amor y dueño de sus propios pensamientos, el hombre conserva la clave de toda situación y mantienen dentro de sí mismo esa agencia de transformación y regeneración por medio de la cual puede hacer de sí mismo lo que él desea. El hombre es siempre el maestro, aún en las condiciones de mayor debilidad y abandono. pero en su debilidad y degradación, es el maestro que mal gobierna su dominio.

Cuando comienza a reflexionar respecto a su condición y a investigar acerca de la Ley sobre la cual se rige su ser, entonces se convierte en el maestro sabio que dirige sus energías con inteligencia y confecciona sus pensamientos encaminándolos a asuntos de provecho. Este es el maestro consciente, descubriendo dentro de sí mismo las leyes del pensamiento, cuyo descubrimiento es totalmente un asunto de aplicación y de experiencia.

El oro y el diamante se obtienen solo mediante una gran labor de búsqueda y de proceso, y el ser humano puede econtrar toda verdad conectada con su  ser, excavando profundamente en la mina de su alma, descubriendo que él es el autor de su carácter, el moldeador de su vida y el contructor de su destino. Puede sin temor a equivocarse, probar, que si observa, controla y altera sus pensamientos,  es capaz de obtener ese conocimiento de si mismo que es el entendimiento, la sabiduría y la energía. En este sentido, y no en otro es la Ley tan absoluta que "Aquel que busca encuentra y al que toca se le abren las puertas" ya que sólo ´por medio de la paciencia, la práctica y la persistencia puede un ser humano atravesar la Puerta del Templo del Conocimiento.

Editado por EduArmonía

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