Debido a los avances de la tecnología, podríamos creer que vivimos en la era de la comunicación, sin embargo a nivel personal permanecemos prácticamente incomunicados porque ni siquiera sabemos escuchar...
Atendemos a los contenidos de las palabras, pero con frecuencia no sabemos comprender ni las emociones ni los sentimientos ni el mundo interior de las personas con las cuales nos relacionamos.
Así mismo, con frecuencia evitamos expresarnos por temor a ser mal interpretados ó no comprendidos, experimentando entonces, un profundo sentimiento de soledad.
Reflexionar sobre la calidad de nuestras relaciones es un medio para comenzar a implementar habilidades que nos hagan más acogedores, más amables y empáticos hacia los demás.
Publicado por: Maira Fuencisla Rodríguez
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