Es muy frecuente
que nos lancemos a emitir juicios y críticas sobre el mundo y las personas
desde un punto de vista muy estrecho, olvidando observar los acontecimientos
desde una panorámica más amplia que incluya aquellos factores que pueden estar
interviniendo para que las cosas se presenten de dicha manera. No hacerlo así
es fuente de malas interpretaciones y disgustos en nuestras relaciones con la familia, con los compañeros de trabajo y con todos aquellos con los cuales
establecemos algún tipo de relación.
Esos malentendidos son aún más frecuentes cuando la comunicación se realiza a través de Internet pues por lo general los mensajes son breves y repletos de omisiones.
Para ilustrarlo tomemos como ejemplo una frase de Herodoto, historiador y geógrafo griego a quien se le atribuye la frase siguiente: “El pueblo me silba pero yo me aplaudo”
Esos malentendidos son aún más frecuentes cuando la comunicación se realiza a través de Internet pues por lo general los mensajes son breves y repletos de omisiones.
Para ilustrarlo tomemos como ejemplo una frase de Herodoto, historiador y geógrafo griego a quien se le atribuye la frase siguiente: “El pueblo me silba pero yo me aplaudo”
Si no sabemos nada
de Herodoto, de su vida y trayectoria, nos preguntaremos qué quiso decir en
realidad. ¿se trataba de un sátira hacia aquellos gobernantes que se niegan a
ver la realidad de lo que está pasando? ó ¿se refería a él mismo que permanecía
inalterable y seguro pese a las críticas que le hacían sus compatriotas?
Es difícil saberlo
sin tener el contexto ¿verdad? Para comprenderlo tendríamos que averiguar más sobre
el entorno en que fue pronunciada dicha frase para no equivocarnos en su interpretación.
Al recibir cualquier información, proceda de donde proceda, ya sea de los periódicos, de
la tv, de las redes sociales o de cualquier otro medio tenemos que observar el
cuadro completo sin distorsionarlo con nuestros propios prejuicios y condicionamientos.
Maira Fuencisla Rodríguez
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