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Una Educadora sin palabras..

La Naturaleza siempre ha sido, es y será nuestra mejor educadora... El fuego puede quemar la pradera pero el agua puede apagarlo; en realidad ninguno se impone al otro, por el contrario entre ambos mantienen el equilibrio... Internamente cada órgano conoce su función, se organiza junto a las otras células y realiza cabalmente su tarea; es fiel a la totalidad y no pierde ningún instante en inútiles controversias para dirimir quien es más importante si el corazón o el cerebro, los intestinos o los pulmones; finalmente, para mantener la armonía ningún órgano pretendería acumular para quitarle a otro su sustento.....

Los árboles necesitan un espacio para extender sus raíces pero nunca reclaman más tierra de lo necesario..  La Naturaleza todo lo entrega sin esperar nada a cambio pero en el mundo creado por el hombre todo tiene un precio.

El mar y los ríos tienen un ingenioso método de enviarnos el agua a través de las nubes pero los seres humanos todo lo hacen con esfuerzo. Las obras de la Naturaleza rezuman vida pero las de la humanidad son inertes.

Si la Naturaleza actúa mediante la ley del mínimo esfuerzo, ¿por qué razón nosotros nos empeñamos en complicarlo todo? Mientras la vida es un entramado de infinitas interrelaciones, la humanidad es un entramado de infinitas confrontaciones.

Mientras nosotros nos repetimos, la Naturaleza avanza. Nunca he visto un ave que teniendo dos alas se empeñe en utilizar una sola ó que un ciempiés pretenda apoyarse solamente en la mitad de sus patas... ¿por qué entonces el ser humano se empeña en construir su propia desgracia?

El salmón puede nadar contra corriente y llegar a su destino... Lo mismo podríamos hacer nosotros  si nadaramos en contra de nuestros errores de percepción...