Nuestra mente está llena de voces, de tiempo y de ruido que entorpecen nuestro discernimiento y que dificultan nuestro descanso y disfrute de la vida. Ese barullo permanece con nosotros constantemente. Durante el día nos fatigan, nos quitan concentración y dificultan nuestro trabajo y en la noche, cuando nos retiramos a dormir nos perturban el sueño con preocupaciones y fantasmagorías. Cansados de esta situación, nos procuramos algún descanso tratando de evadir su presencia, sin embargo aun en las vacaciones no logramos silenciar el tumulto..
Definitivamente, nuestra atención está comprometida con el quehacer incesante del mundo de los pensamientos desdeñando otras opciones como el disfrute del estado de presencia y el experimentar sin la palabra.... ¿Por qué razón este olvido de nuestra totalidad? Quizás porque ya desde la antigua Grecia nos deslumbró la capacidad creativa de nuestra inteligencia, quizás porque nos sentimos hacedores de nuevos mundos en los cuales podíamos desafiar el orden natural de la vida... Y así procedimos, sin embargo, en la actualidad comenzamos a darnos cuenta que es momento de rectificar antiguas actitudes si deseamos permanecer algún tiempo más en este planeta....
El cambio climático con sus nefastas consecuencias, el aumento de los índices de ansiedad y depresión, el consumo de drogas, la violencia de todo tipo, el consumismo banal y exagerado aunado a una evidente pérdida de valores son una potente señal de alarma para que reflexionemos sobre si queremos continuar viviendo de la misma manera como lo hemos venido haciendo hasta ahora o si por el contrario nos plantearemos maneras mas idónea de ser y actuar...
Propuestas para resolver nuestras dificultades hay muchas. Provienen desde diferentes ramas de saber y cada una aporta su propio punto de vista, su propia solución. Y de vuelta nos quedamos con más y más palabras.... ¿Podríamos salir del área del pensamiento para entrar en un espacio más tranquilo y despejado de discernimiento desde podamos ver las cosas tal como son y no a través de los dogmas, condicionamientos y miedos atávicos? ¿es la experiencia del mundo más abarcante que nuestros constructos?
La
meditación es un estado de presencia que surge más allá de las
palabras. Su definición puede alimentar nuestro intelecto pero no nos
proporciona la experiencia. La meditación es un medio para
“re-descubrir” aquellos espacios de nuestra mente que nos permiten una
percepción más amplia, mas serena y equilibrada de la vida, del mundo y
de nosotros mismos. Sensato es emprender el camino....
Maira Fuencisla Rodriguez
Maira Fuencisla Rodriguez