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Armonía, ¿qué es?

¿Cómo combinaremos los colores para obtener una obra maestra? ¿Qué notas musicales utilizaremos para obtener el acorde perfecto? ¿Dónde colocaremos el objeto que compramos para que se integre graciosamente en el ambiente? ¿Cómo alcanzaremos el equilibrio en nuestro interior y en el mundo? Si alguna vez nos hemos hecho estas preguntas es porque en nosotros está presente el sentido de la Armonía que nos permite reconocer  la buena forma, la mejor resonancia, el perfecto equilibrio entre las partes de un todo. Ya en la antigua Grecia, Pitágoras y sus discípulos pensaban que el Universo se movía de acuerdo a proporciones numéricas armoniosas, así como el Sol, la Luna y los planetas se regían también de acuerdo a proporciones musicales, conformando lo que ellos llamaron como Armonía del Cosmos ó la Música Universal.

A su vez, Jean-Philippe Rameau en 1722, considerado como el músico más erudito de su época, escribió el “Tratado de la Armonía” reducido a sus principios naturales. Su trabajo estuvo enfocado en lograr que  la música, hasta entonces considerada como un arte, alcanzara el rango de ciencia deductiva como las matemáticas. Expresaba sus ideas de la siguiente manera: "El sonido es al sonido, lo que la cuerda es a la cuerda". Para él, toda armonía, toda melodía provenía de la Naturaleza.

Ahora bien, esa Armonía que todos, en mayor ó menor grado somos capaces de detectar en el mundo exterior, es también una constante en nuestras vidas que nos mantiene en estado de salud, equilibrio y bienestar. A nivel individual se traduce en la coherencia de nuestros pensamientos, emociones y acciones en concordancia y perfecta relación con los demás seres humanos, con la tierra y todas sus criaturas. Cuando este balance se ve perturbado podemos estar seguros que entramos en una fase de caos, de desigualdades e injusticias a todo lo cual sigue el inmenso dolor que ha sido una constante en la historia de la humanidad.    

Pero, ¿cómo restaurar el equilibrio sino a través de la comprensión, no teórica sino vivencial, de nuestra naturaleza? ¿Cómo restaurar el equilibrio sino saliendo de las mezquindades del hombre depredador, egoísta y ávido de poder? En nosotros está el problema pero también la solución.

Se cuenta, que en cierta oportunidad, alguien le preguntó a Lincoln, por qué razón se expresaba bien de sus enemigos aún cuando le habían causado mucho daño. Y el, imperturbable respondió: ¿acaso no los destruyo al convertirlos en mis amigos?

Recordemos siempre que los diferentes sonidos, uniéndose, crean armonía”,  tal como en su tiempo,  expresara LaoTsé. Aceptar nuestras diferencias y reconocer nuestras semejanzas es la nota clave para comenzar a ejecutar la sinfonía.....

Mayra Fuencisla Rodríguez


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