La palabra madurez tiene muchas vertientes. En
general la utilizamos para expresar que algo o alguien ha alcanzado el cenit de
su desarrollo en todas sus capacidades y funciones, vale decir en todo su
potencial. En este orden de ideas ¿podríamos afirmar que una persona madura
cronologicamente ha alcanzado también su madurez emocional? En todo caso, ¿en
qué consiste dicha madurez emocional?
De acuerdo a Hollingwoorth y Morgan, los rasgos distintivos de una persona que sabe aceptar y gestionar adecuadamente sus emociones son las siguientes:
1. Mayor tolerancia a la frustración
2. Menor egocentrismo
3. Mayor dominio sobre los arrebatos
emocionales
4. Mayor control sobre las expresiones
emocionales
5. Un adecuado control sobre los
comportamientos
Sin lugar a dudas que todos estaremos de acuerdo con todos los puntos
expresados con anterioridad, sin embargo llevarlo a la práctica no resulta tan
sencillo pues estamos acostumbrados a reaccionar de la manera que aprendimos a
hacer durante la infancia y que hemos mantenido inalterable en el transcurrir
de los años.
Entonces, ¿qué hacer? ¿cómo madurar emocionalmente?
¿Puede la práctica de la Atención Plena ó Mindfulness ayudarme en este propósito?
Por supuesto que sí, mediante la práctica regular aprenderás a profundizar y comprender tu mundo interior, allí donde está la causa del sufrimiento ó de la felicidad...
Entonces, ¿qué hacer? ¿cómo madurar emocionalmente?
¿Puede la práctica de la Atención Plena ó Mindfulness ayudarme en este propósito?
Por supuesto que sí, mediante la práctica regular aprenderás a profundizar y comprender tu mundo interior, allí donde está la causa del sufrimiento ó de la felicidad...
Maira Fuencisla Rodríguez
Relacionados:
Relacionados: