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¿Adaptados a sociedades enfermas?

La adaptación es impulso de supervivencia, requisito necesario para evitar la extinción y en su lugar garantizar la permanencia de la propia existencia. En realidad, la vida sobre la tierra ha sido un continuo de adaptaciones a las condiciones medio ambientales. Pero ¿qué decir de esas otras adaptaciones sociales a las cuales nos vamos sometiendo a expensas de nuestra salud tanto física como mental? ¿están nuestras sociedades enfermas?

Como en cualquier otra tema, las opiniones son diversas. Para algunos, desde un punto de vista espiritual, la humanidad está atravesando una etapa de su desarrollo en la cual muchos han sido los descubrimientos y avances tanto en ciencia como en tecnología y si bien reconocen que hay mucho por hacer en cuestiones sociales no significa en absoluto que nuestras sociedades estén enfermas. Los que se adhieren a esta opinión utilizan la analogía del niño pequeño a quien no podemos etiquetar de “enfermo ó incapacitado” porque todavía no haya realizado su pleno potencial el cual se evidenciará a futuro, cuando haya alcanzado su madurez. 
                                                            
Por su parte, la Psicología considera que los individuos se adaptan, por necesidad de sobrevivencia, a las normas impuestas por la sociedad independientemente de cuán sanas o enfermas éstas puedan ser. Este hecho, sin embargo, tiene significativas repercusiones en la salud afectiva y de aquellos que se aprestan al sometimiento. De manera inconsciente, aceptarán creencias, condicionamientos, prejuicios a la par que favorecerán o rechazarán la expresión de ciertos sentimientos, obstaculizando así su autonomía mental independiente de ideologías y programaciones de cualquier tipo.

Si bien, la ingeniosa capacidad de adaptación de todas las criaturas vivientes es digna de admiración, se torna extremadamente preocupante cuando adquiere las cualidades de lo grotesco y antinatural. Te has preguntado alguna vez ¿por qué vivimos como vivimos? ¿consideras  que el mundo goza de buena salud o que por el contrario está gravemente enfermo?

¿Podríamos considerar como sociedades enfermas ó sanas a aquellas que contaminan
agua, tierra y aire? ¿a aquellas que maltratan y explotan a los animales? ¿a aquellas que marginan, que violan los derechos humanos? ¿a aquellas que en vez de preservar su salud de forma natural lo hacen inventando tecnologías para compensar lo antinatural de nuestras vidas? ¿a aquellas que se dejan arrastrar por las modas y el comercio? ¿cómo consideraremos a aquellas sociedades que se imponen a otras por la fuerza ó que resuelven sus diferencias mediante la guerra?

Regresando a la analogía de los optimistas, es decir la de aquellos que consideran que lo que estamos viviendo es sólo una etapa de nuestro desarrollo, nos preguntamos ¿será que nos estamos negando a crecer, contentos con el papel de “eternos adolescentes que se niegan a madurar?  Es tiempo de Reflexión!!

Maira Fuencisla Rodríguez

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