Creo que muchos de nosotros alguna vez hemos deseado poseer una especie de varita mágica ó talismán para acabar con las guerras, las discriminaciones, la marginalidad y tantas cosas que perturban a nuestro afligido mundo y que nos hacen sentir impotentes. Llegados a este punto nos preguntamos ¿pueden nuestros pequeños actos cotidianos hacer la diferencia? Un pequeño relato nos dará la respuesta:
Se cuenta que en una playa del Mediterráneo un hombre divisó a un joven que recogía las estrellas de mar que se encontraban en la arena y las lanzaba con fuerza al agua... El hombre, intrigado, le preguntó la razón de su conducta y el joven contestó que lo hacía porque de lo contrario las estrellas moririan en cuanto el sol calentara fuertemente la playa.
Nuevamente, el hombre entre asombrado y escéptico le dijo que su esfuerzo no suponía ninguna diferencia pues jamás podría ayudar a las miles de estrellas que permanecían inmóviles en la arena... Entonces, el muchacho, sin perturbación alguna, miró a la estrella de mar que tenía entre sus manos y respondió: "Para esta y para todas las que he devuelto al mar sí que hay diferencia"