Generalmente, cuando tenemos que resolver una cuestión dificil de nuestras vidas o cuando experimentamos alguna herida emocional, solemos pensar sobre ello una y mil veces sin acertar a encontar la solución o el alivio necesario. Algunas veces encontramos momentaneas vias de escape que, en apariencia nos hacen sentir bien, pero que no cicatrizan definitivamente nuestro dolor ó intranquilidad. Y así, seguimos girando en torno a la misma rueda de la desesperanza. ¿Qué nos enseña la siguiente anécdota?
Se cuenta que, en cierta oportunidad, un filosofo se acercó a Buda y le hizo la siguiente pregunta:
¿Cómo será nuestra vida después de descubrir nuestra verdadera identidad? y ¿cómo sabremos para qué estamos en el mundo?
Buda, con solemne paciencia respondió: "No debemos perder el tiempo en cosas inútiles. Eso sería semejante a la actitud de un guerrero que, habiendo sido herido por una flecha, deseara saber el nombre de la persona que lo hirió, si era de tal o cual casta, de qué tamaño era la flecha y de qué material estaba hecha. Evidentemente, ese guerrero perecería mientras siguiera haciéndose semejantes preguntas. Yo, en cambio, enseño a arrancar la flecha que es como todas las ilusiones de que está hecho el mundo. Recuerda siempre que lo importante es sacarse la flecha".
Preguntémonos ahora:
Maira Fuencisla Rodríguez
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- ¿qué pasaría si en lugar de rumiar constantemente nuestros problemas nos distanciaremaos de ellos y comenzaramos a observalos en calma, sin nombrarlos, juzgarlos o etiquetarlos?
- ¿Qué pasaría si dejando a un lado las palabras nos quedaramos exclusivamente con los hechos sin dejarnos enredar en aquello que nada aporta? ¿Estaríamos en capacidad de sacarnos la flecha?
Maira Fuencisla Rodríguez
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