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Depresión, ¿cómo gestionarla?

De acuerdo a la OMS, el número de personas deprimidas parece aumentar considerablemente a nivel mundial, lo cual no deja de ser preocupante.  Pero ¿qué es la depresión y como podemos gestionarla?

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Del latín “depressio”, es decir, “abatimiento, encogimiento y opresión” y que desde el punto de vista de la Psicología se considera como un trastorno del estado de ánimo caracterizado por sentimientos de infelicidad  que pueden ser transitorios o permanentes. ¿Cuáles son sus causas? ¿Cuáles son los factores que contribuyen a que las personas desarrollen estados depresivos?


Causas de la depresión

De acuerdo a las ultimas investigaciones realizadas por diversas universidades de E.U. el estrés  figura entre las principales causas de depresión, A su vez, te preguntarás ¿y cuáles son los factores que frecuentemente nos ocasionan estrés? Pueden ser situaciones tales como una precaria situación económica, la falta de trabajo, los problema familiares, las malas relaciones interpersonales, el miedo a los cambios, las despedidas, las diferentes frustraciones ante deseos no alcanzados, etc. En realidad, para algunas personas con ciertas características de personalidad,  la lista de factores estresantes puede ser muy amplia.  

Otro de los factores que tiene mucha incidencia en la depresión es el consumo de alcohol y las drogas porque aún cuando dichas sustancias pueden ayudar temporalmente a que la persona se sienta mejor, su consumo prolongado la pueden conducir a la adicción y a enfrentar muy serios problemas en su salud tanto física como mental.   

Así mismo, la falta de sueño por períodos prolongados es también considerada como un factor que puede ocasionar estados de depresión, faltos de ánimo, energía y vitalidad

Pero dejemos a un lado las causas y enfoquemos nuestra atención en reflexionar sobre cómo gestionar nuestros estados de ánimo caracterizados por la tristeza para que no lleguen a convertirse en verdaderos problemas que obstaculicen nuestra vida, es decir: 

¿qué podemos hacer para evitar caer en esos estados depresivos cuando las cosas no marchan tan bien como lo desearíamos


1. En primer lugar, debemos tener presente que los sentimientos y las emociones de desánimo, de tristeza no son algo negativo, indeseable sino que cumplen la función de darnos un tiempo para asimilar, para “digerir” aquellos eventos o situaciones que representan un desafío, un reto en nuestras vidas. Así que lo primero es aceptación, sin embargo con ello no queremos decir que nos quedemos anclados en dichos estados de ánimo sino que transcurrido un tiempo adecuado, procedamos a continuar nuestras vidas como siempre antes lo habíamos hecho. 

2,  Luego, podemos reflexionar sobre aquellas cosas que siempre nos han motivado ó apasionado y retomarlas para no quedarnos establecidos en la inercia. Siempre hay algo que nos gusta hacer y que nos proporciona alegría haciéndolo. Comienza!!

3. Trata de reunirte con aquellos amigos, familiares, conocidos ó compañías que consideras estimulantes ó inspiradoras  en tu vida. Con seguridad, su proximidad y entusiasmo elevarán tu estado de ánimo. 

4.  Permítete fluir con la vida... y acepta las cosas como son. No te exijas más allá de tus límites tratando de ser tan perfecto  que nunca logras estar satisfecho contigo mismo ni con lo que haces. 

5.  Mantén cierta regularidad en tu vida. Evita la procrastinación y el estrés  y organizando tu trabajo y tus actividades del hogar de manera que puedas realizarlas con facilidad y a su debido tiempo. 

6.  Procura concederte tiempo para la diversión y el esparcimiento de acuerdo a tus gustos y preferencias. Tal vez sea, un paseo al campo, a la playa o ir al gimnasio ó practicar algún deporte ó simplemente asistir a actividades sociales, grupos de apoyo, etc. 

7.  Así mismo, el sueño, la luz y el ejercicio pueden ser buenos aliados para que poco a poco puedas ir recuperando tu alegría y tu buen estado de ánimo.  

Recuerda siempre que la depresión es un estado de ánimo del que siempre es posible salir. Como afirmara, Gautama Buda: “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es optativo”. 

Maira Fuencisla Rodríguez