Una meta es un lugar en la distancia al cual queremos llegar. Supone por tanto, lejanía, un trayecto a recorrer. Para no perdernos en el camino conviene ir trazándonos pequeños objetivos que, por más cercanos, se nos hacen más fáciles de lograr. Conseguido uno, nos proponemos otro y otro hasta alcanzar aquello que deseamos.
La ventaja de tener metas y objetivos reside en el poder que tienen para orientar nuestra actividad en lugar de ir de un lado para otro sin certeza de estar avanzando. Lo importante es que estemos motivados, y que persistamos hasta lograrlo.
Conviene señalar, sin embargo, que a algunas personas no les gusta fijarse objetivos porque en el pasado no lograron concretarlos; en consecuencia prefieren vivir sin expectativas dejando que las cosas vayan sucediendo naturalmente.... ¿qué será entonces lo mejor? Creo que cuando nos proponemos algo, estamos expuestos a que surja algún inconveniente que no haga viable nuestro proyecto, sin embargo, habremos hecho todo lo posible y de ese esfuerzo con seguridad habremos obtenido muchos aprendizajes. Si no se dio pues podemos volver a intentarlo o quizás encontremos algún otro camino que, igualmente, pueda conducirnos a nuestro destino. Algo así como hace el río, que a pesar de todos los obstáculos, siempre sabe como llegar al mar....
Maira Fuencisla Rodríguez
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