La relación con
los demás puede ser tanto fuente de placer como de disgusto. Cuando nos
sentimos tomados en cuenta, respetados y amados todo está bien, sin embargo puede ocurrir (y ocurre con cierta frecuencia) que nos sintamos ignorados, menospreciados
ó relegados.
En tales circunstancias experimentamos tanto dolor que podemos llegar a enfermarnos e incluso a lesionar profundamente nuestra autoestima y el respeto que nos debemos a nosotros mismos como personas merecedoras de consideración...
Si vamos por ese camino equivocado se hace necesario hacer una pausa y preguntarnos si la causa de nuestro dolor está en la conducta de los demás hacia nosotros ó en la exagerada dependencia que hemos puesto en la opinión de los demás, permitiendo que dicha condición nos robe la felicidad, la seguridad y confianza en nosotros mismos.
Maira Fuencisla Rodríguez
En tales circunstancias experimentamos tanto dolor que podemos llegar a enfermarnos e incluso a lesionar profundamente nuestra autoestima y el respeto que nos debemos a nosotros mismos como personas merecedoras de consideración...
Si vamos por ese camino equivocado se hace necesario hacer una pausa y preguntarnos si la causa de nuestro dolor está en la conducta de los demás hacia nosotros ó en la exagerada dependencia que hemos puesto en la opinión de los demás, permitiendo que dicha condición nos robe la felicidad, la seguridad y confianza en nosotros mismos.
Maira Fuencisla Rodríguez