Usamos cookies para mejorar su navegación
OK. OK Más información |

Socrates ante la cicuta

Desde el comienzo de su historia, el ser humano ha reaccionado ante lo desconocido con mitos, leyendas y fábulas para tratar de compensar aquellas cuestiones que su mente no alcanza a descifrar a cabalidad. Pero ¿qué emociones acompañan a “aquello” que nadie nos ha podido revelar? ¿Cuál fue la actitud de Sócrates ante la inexorable cicuta?

Sócrates
Acusado y sentenciado a muerte por aquellos que repudiaban la verdad, adoptó una posición sabia y serena ante la proximidad de los acontecimientos, hasta tal punto que uno de sus alumnos le preguntó:
 - Maestro, ¿no le temes a la muerte?


Respondió Sócrates:

*¿Cómo voy a tener miedo a algo que me es desconocido? Primero tendré que experimentarlo y para eso primero tendré que morir. Después de ello hay dos posibilidades:

La primera posibilidad  podría ser que mi muerte sea absoluta total y por consiguiente no quedará ni el más mínimo vestigio de mí de tal forma que no podré temer ni sufrir ya por nada.

La segunda posibilidad es que mi cuerpo muera pero que mi alma continúe existiendo . En tal caso, tampoco veo ningún motivo para preocuparme porque entonces la muerte no tendría ninguna importancia.

Sin lugar a dudas, sobre esta última enseñanza de Sócrates tenemos mucho que reflexionar, no solamente sobre la muerte en concreto, sino sobre nuestras actitudes en general pues:

- ¿Qué es lo que hacemos habitualmente?
Acongojarnos de continuo sobre el futuro, sobre lo que será ó no será sin tomar en cuenta aquel consejo de otro sabio maestro: A cada día le es suficiente con sus propio afán”

Maira Fuencisla Rodríguez

Relacionados